Rihanna es una mujer de ánimos cambiantes. Tanto, que su familia vive preocupada por su estilo de vida. Debido a su éxito internacional como cantate, la nacida en Isla Barbados se convirtió en una figura mundial. Su belleza, gusto por la moda y por desnudarse también colaboraron a que sea un foco de atención de la prensa.

Sin embargo, cuando en febrero de 2009 su por entonces novio Chris Brown la golpeó salvajemente dejándole la cara con cortes, su vida amorosa pasó a cobrar tanta importancia como sus trabajos discográficos. La última vez que alguien quiso preguntarle por su relación de idas y venidas con el rapero, terminó con RiRi enojada y levantándose de la entrevista.

En el último número de la revista Harper’s Bazaar, la cantante sorprendió al referirse al tema.


“Puedo ser rebelde con mi música, sentido de la moda, tatuaje y pelo. Con mi vida amorosa soy bastante conservadora… creo que ni tengo una. Si encuentro una persona a la que encuentro interesante, salgo con ella. Pero al minuto que siento que estoy muy cerca… Simplemente no deja entrar gente”.


La razón de ese aislamiento emocional responde a la decepción que el amor resultó ser para Rihanna. Sin nombrarlo, pero en clara referencia a Brown, RiRi explicó dio su postura sobre cómo lo sucedido la marcó para siempre: “Cuando me enamoré lo hice muy, muy pero muy profundamente. Me sentía como una princesa y en un abrir y cerrar de ojos toda mi vida cambió. Todo lo que conocí era diferente. Nunca pensé que sentiría ese dolor y tengo miedo de sentirlo nuevamente”, le relató a la periodista Laura Brown.

El mundo quedó conmocionado luego de que ambos colaboraran en la canción Birthday Cake que ella lanzó este año. Al principio, Rihanna no tomó bien los cuestionamientos pero ahora parece haber comprendido esas posturas: “Los fans pudieron haber dicho: ‘No queremos tener que ver nada con esto’. Entiendo que la gente tenga todo el derecho de preocuparse con el asunto pero yo no lo vi así porque ahora estoy en otro lugar y momento”.






 
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