Falleció a los nueve meses de nacer, durante su tercer trasplante de hígado por una extraña enfermedad hepática. Su familia lo quiso despedir con sus dibujos preferidos.

El pequeño Bailey Massey fue diagnosticado de atresia biliar (cuando los conductos biliares del hígado no funcionan) a las 7 semanas de vida, y luego de varias semanas de chequeos y estudios se confirmó que la única opción era el trasplante.

Su padre, Simon, donó el hígado, pero éste fue rechazado tras la intervención. Hubo que esperar un segundo trasplante, que también fracasó debido a inconvenientes con la sangre. Se consiguió un tercer donante, pero Bailey murió durante la cirugía.

Así, la familia, que vive en Rotherham, Inglaterra, decidió despedir a su hijo de la manera más especial posible.

"Queríamos hacer algo especial y pensé que sería bonito si Bailey estaba rodeado de sus personajes favoritos en su camino a la iglesia. Él disfrutaba y se reía con La casa de Mickey Mouse. No sonaba tan chocante y muchas personas en la calle se detuvieron, miraron y presentaron sus respetos cuando entramos", afirmó Lidsay, su madre, de 24 años.

"La iglesia estaba llena y había un montón de gente que no conocíamos. Mi padre lo llevó de la casa al coche fúnebre y luego dentro y fuera de la iglesia. Fue un homenaje a nuestro hijo y todos tuvieron su rol. El cortejo se extendió por 1,6 kilómetros.El director de la funeraria dijo que nunca había hecho algo así antes".

"Bailey era un bebé hermoso y era un placer tenerlo. Desde que murió, la gente nos ha dicho que se colocó en la lista de donantes, y esa es la mejor noticia que podemos escuchar. Toda nuestra familia está en la lista también", aseguró su abuela, Kathryn.

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